Acaba de publicase un nuevo libro de Manolito Gafotas en la editorial Seix Barral, titulado Mejor Manolo.
Después de diez años callado, la mayor celebrity
al sur del Manzanares regresa no solo con nueva hermanita, sino también como un adolescente: ahora es más
mayor, y las nuevas responsabilidades y obligaciones que debe afrontar
junto con su familia en eterna crisis le pondrán en tesituras cada vez
más alejadas del niño de la infancia que ha sido durante siete entregas,
publicadas entre 1994 y 2002.
Siempre ahogados para llegar a fin de mes, con los plazos del camión
todo el santo día a cuestas, con el abuelo durmiendo en su terraza de
aluminio visto, y con una nueva boca a la que llevar los domingo al
Ching Chong, el clan de los García Moreno afronta esta nueva etapa de
recesión generalizada con algo más de holgura de lo que estaban
acostumbrados: la Cata monta su propia empresa.
Ese gran amigo y a la vez cerdo traidor que es el
Orejones también atraviesa una época de (in)definición personal (a lo
mejor todos esos posters de Lady Gaga y Kylie Minogue que cuelgan en su
habitación suponen una pista de por dónde van los tiros), el Imbécil
vuelca su habitual locuacidad gestual en la esfera virtual, y el abuelo
pierde un poco de esa ingenuidad senil que le hacía tan entrañable.
Hasta Manolito vive en sus carnes un trance de introspección
religiosa, de una semana, eso sí, pero no por ello menos intenso.
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